27 semanas de embarazo y contando...
27 semanas de embarazo y contando...
Guatemala, 09 de octubre, 2017.
Farah Illescas
Desde la semana número 5, cuando me enteré que estaba embarazada, me recomendaron crear un blog. Dicen que es porque es una experiencia única e inolvidable, para guardar todas las memorias que yo tenga en esta etapa de mi vida.
Sin embargo, no es hasta ahora que me nace escribir algo al respecto. Mañana cumplo 31 años, y tener 6 meses de embarazo fue lo último que se me pasó por la mente al pensar en mi próximo cumpleaños.
A diferencia de cualquier blog maternal, este no está cargado de ilusión, felicidad, alegría, entre otros sentimientos y pensamientos positivos. No es que no quiera a mi hija (porque ya se que es una nena), claro que la quiero. Lo que sucede es que desde muy joven tuve la convicción de no tener hijos. Convicción que no cuidé a principios de este año y pues, ahora estas son las consecuencias.
Fueron muchas cosas las que me pasaron por la mente al saber esta noticia. En resumen, no hice nada de lo que planifiqué durante años, si se me daba esta situación. Llena de miedo, tristeza y arrepentimiento empecé esta aventura de ser mamá. Me siento madre desde el primero momento que tuve náuseas. Desde el atraso de una semana en mi período, el cual me avisó que lo impensable finalmente se dio.
La convicción de Salchi de querer ser papá me dio la fuerza que yo necesitaba para empezar a aceptar este destino. Salchi, Matrix, Salchicha, apodos que identifican a Jorge Luis Franco Vásquez, el padre de mi criaturita. Un colocho alto, bronceado, de ojos amarillentos y verdosos, pero dormilones al mismo tiempo. Lo conocí hace 7 años y la verdad, para mi pesar, me enamoré desde que lo vi. Por alguna razón sentía que había algo especial en él. Siempre lo sentí y lo supe. A todo el mundo le digo que me emocionaba encontarmelo en la universidad. Y no era broma. Había una pequeña alarma en mi cabeza que me decía "todavía no", "la vas a cagar", cuando lo veía. Creo que siempre pensé que, como me gustaba tanto, iba a parar "loqueando" cuando fuéramos más que amigos y que creen... así fue. Pero bueno, creo que nuestra historia la dejaré para otra ocasión...
Ya pasé por las nauseas gracias al cielo. El cansancio agotador también ya pasó, aunque ahora se manifiesta de diferentes maneras. Desde el inicio de esta aventura, me di cuenta que eran muchas las amigas y conocidas que estaban en una situación similar. Ya sea que estén a la misma altura de su embarazo que yo, o acaban de salir o entrar a esta experiencia. Total, somos muchas, tantas que me pude dar el lujo de elegir con quién hablar sobre esto y con quién no.
Entre ellas, Jesse Ortiz de Rios. Ella me ha dado muchos buenos tips de mamá primeriza, quién actualmente cría a su pequeño hijo de 4 meses, Fabio.
No se mucho que decir sobre mi embarazo. Aparte de el hecho de haberlo aceptado por pocos, a veces no siento estar embarazada. Desde hoy empiezo mi último trimestre. Al principio me costó dormir porque tenía muchas pesadillas. Todas eran muy obscuras, con mucho miedo, ansiedad y muerte en ellas. No sabía ni que pensar. Algunos significados son obvio, otros no tanto. Luego me costó dormir porque no soportaba la presencia del Salchi a la par mía en la noche. No cabíamos en la cama, nos golpeábamos sin querer, sentíamos mucho calor y a veces mucho frío. Todo lo solucionamos subiendo su cama hasta el cuarto piso en el que vivo. Ahora tenemos una cama gigante, hecha de dos camas matrimoniales, una ligeramente más alta que la otra.
Creo que mis hormonas son las que me tienen "loqueando" ahora, no tanto la colgazón. Lo quiero, y mucho, pero desconfío de todo lo que hace y deja de hacer. Mis noches han sido irregulares, pero ahora es por el dolor de espalda, los calambres en las piernas y los jalones que siento en el estómago cada vez que me muevo.
Dicen que mi panza está grande, que parece de muchos meses más y no los 6 mesesitos que cargo encima. Mi bebé esta saludable. Tiene un peso y tamaño promedio, según han dicho los doctores. Mañana, precisamente en mi cumpleaños número 31, me toca cita en el IGSS y yo lo único que quisiera es quedarme en mi casa viendo tele, sobarme la barriga con mucha rema antiestrías y comer rico pero saludable al mismo tiempo.
A estas alturas ya me patea mucho. Sobre todo durante el día, en horas de trabajo. Por eso no me extraña que al llegar a casa y su tía Analy quiera sentirla, ella esté agotada de todo el ejercicio que ha hecho durante el día y no haga ni el más mínimo esfuerzo por hacerse notar.
Casi no le hablo y es que no se que decirle. Supongo que todavía no estoy 100% convencida de lo que me está pasando, pero ya acepté que no tengo otra opción. Espero que mi actitud cambie pronto.
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